Sus planteamientos relativos a la moral estaban cercanos al estoicismo, mientras que en gnoseología defendía un escepticismo moderado; todas estas influencias y lecturas darán al cabo en el eclecticismo y en él sintetizará la tradición griega reescribiéndola en latín.
Escribió distintos diálogos sobre varios temas: Laelius, sive De Amicitia, "Lelio, o Sobre la amistad" diserta sobre este tema afirmando que la única amistad posible es entre iguales y pondera la importancia de la misma para la felicidad humana, elevando su principio a lo más digno de la naturaleza humana. En el diálogo, Cato maior, sive De Senectute, "Catón mayor, o Sobre la vejez" manifiesta los beneficios que proporciona una vejez sana y las ventajas que reporta en experiencia y sabiduría.
Como abogado, fue el mayor y más influyente de los oradores romanos y un hombre de letras en su integridad. Como escritor romano, aportó al latín un léxico abstracto del cual carecía, transvasó y tradujo numerosos términos del griego y civilizó el idioma transformándolo definitivamente en una lengua culta, apta para la expresión del pensamiento más profundo. Escribió como abogado numerosos Discursos, a veces agrupados por ciclos temáticos (las cuatro Catilinarias, las Verrinas, las catorce Filípicas contra Marco Antonio) y bastantes tratados sobre Retórica y Oratoria, como el De oratore. Durante el Renacimiento fue uno de los modelos de la prosa y se leyeron ávidamente sus cuatro colecciones de cartas, conservadas y editadas por su secretario Tirón, entre las cuales destacan las Epístolas familiares, donde se perciben sus veleidades políticas, sus gustos filosóficos y literarios, y la vida menuda de su casa y de la Roma de su tiempo. Casi toda su obra manifiesta una gran preocupación sobre cuál debe ser la formación del orador, que ha de ser integral y emprenderse desde la cuna, en lo que tuvo por mayor seguidor en fechas muy posteriores a Marco Fabio Quintiliano. Como moralista, defendió la existencia de una comunidad humana universal más allá de la diferencias étnicas (Humanismo) y la supremacía del derecho natural en su obra maestra, el De officiis o "Sobre las obligaciones" y se manifestó contra la crueldad y la tortura. Como filósofo no le satisfizo ninguna escuela griega y prefirió adoptar el pensamiento del Eclecticismo, tomando lo mejor de unos y de otros. Contrario al escepticismo radical, sostenía la necesidad de conceptos innatos e inmutables necesarios para la cohesión social y los vínculos relacionales de los individuos. Sus ideas sobre religión, expresas en De natura deorum, (Sobre la naturaleza de los dioses), revelan su creencia en Dios y en el libre albedrío. Casi todos sus trabajos filosóficos deben mucho a fuentes griegas, que trata con familiaridad y enriquece con su propio juicio; fue, pues, un gran divulgador y preservador de la filosofía griega. Destacó por trasladar el vocabulario de términos filosóficos griegos y definirlos para muchas obras filosóficas posteriores. En política fue un republicano convencido, absolutamente enemigo de la tiranía, y se le deben obras dialogadas como el De república y De legibus (Sobre el estado, Sobre las leyes). Compuso además un tratado De gloria que no se ha conservado y cuyo rastro se pierde en las manos del humanista Francesco Petrarca, que alcanzó a leerlo en la Edad Media.
Escribió distintos diálogos sobre varios temas: Laelius, sive De Amicitia, "Lelio, o Sobre la amistad" diserta sobre este tema afirmando que la única amistad posible es entre iguales y pondera la importancia de la misma para la felicidad humana, elevando su principio a lo más digno de la naturaleza humana. En el diálogo, Cato maior, sive De Senectute, "Catón mayor, o Sobre la vejez" manifiesta los beneficios que proporciona una vejez sana y las ventajas que reporta en experiencia y sabiduría.
Como abogado, fue el mayor y más influyente de los oradores romanos y un hombre de letras en su integridad. Como escritor romano, aportó al latín un léxico abstracto del cual carecía, transvasó y tradujo numerosos términos del griego y civilizó el idioma transformándolo definitivamente en una lengua culta, apta para la expresión del pensamiento más profundo. Escribió como abogado numerosos Discursos, a veces agrupados por ciclos temáticos (las cuatro Catilinarias, las Verrinas, las catorce Filípicas contra Marco Antonio) y bastantes tratados sobre Retórica y Oratoria, como el De oratore. Durante el Renacimiento fue uno de los modelos de la prosa y se leyeron ávidamente sus cuatro colecciones de cartas, conservadas y editadas por su secretario Tirón, entre las cuales destacan las Epístolas familiares, donde se perciben sus veleidades políticas, sus gustos filosóficos y literarios, y la vida menuda de su casa y de la Roma de su tiempo. Casi toda su obra manifiesta una gran preocupación sobre cuál debe ser la formación del orador, que ha de ser integral y emprenderse desde la cuna, en lo que tuvo por mayor seguidor en fechas muy posteriores a Marco Fabio Quintiliano. Como moralista, defendió la existencia de una comunidad humana universal más allá de la diferencias étnicas (Humanismo) y la supremacía del derecho natural en su obra maestra, el De officiis o "Sobre las obligaciones" y se manifestó contra la crueldad y la tortura. Como filósofo no le satisfizo ninguna escuela griega y prefirió adoptar el pensamiento del Eclecticismo, tomando lo mejor de unos y de otros. Contrario al escepticismo radical, sostenía la necesidad de conceptos innatos e inmutables necesarios para la cohesión social y los vínculos relacionales de los individuos. Sus ideas sobre religión, expresas en De natura deorum, (Sobre la naturaleza de los dioses), revelan su creencia en Dios y en el libre albedrío. Casi todos sus trabajos filosóficos deben mucho a fuentes griegas, que trata con familiaridad y enriquece con su propio juicio; fue, pues, un gran divulgador y preservador de la filosofía griega. Destacó por trasladar el vocabulario de términos filosóficos griegos y definirlos para muchas obras filosóficas posteriores. En política fue un republicano convencido, absolutamente enemigo de la tiranía, y se le deben obras dialogadas como el De república y De legibus (Sobre el estado, Sobre las leyes). Compuso además un tratado De gloria que no se ha conservado y cuyo rastro se pierde en las manos del humanista Francesco Petrarca, que alcanzó a leerlo en la Edad Media.
1 comentarios:
Es de gran importancia que haya personas que se preocupan por difundir la información,que de no ser por ellos y ellas no tendríamos a la mano tan importantes datos,se los agradezco de todo corazón.
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